La feria de la bicicleta de Essen es una feria pintoresca. Se realiza en conjunción con la feria del viaje y el camping. Olores de todas las tierras del mundo se mezclan en el ambiente. Coloridos „stands“ son emplazados para atraer al público.Una las cosas que más me ha impresionado de la feria del viaje es que en cada caseta había una fotografía, al menos, de turistas en bicicleta.
Y es que el turismo deportivo, ecológico y natural es el segmento con más crecimiento dentro del sector. Si ha eso le sumamos iniciativas de promoción de bicicletas eléctricas, el futuro a medio plazo sobre economía sostenible está asegurado.

Pocos nuevos modelos pudimos ver en el pabellón de bicicletas. El más atractivo la nueva serie de montaña de Flyer y algunos modelos de marcas locales que portaban el sistema Trans-X.
Visité la feria con Takeo Heinen, especialista en mercado japonés. Se intereso mucho por el sistema Panasonic aunque probó los modelos que portan el sistema Bion-X también para tener una clara visión de cada uno.


Lo que más impresiona a quienes prueban un modelo con sistema Panasonic es su sensor de fuerza, el cual mide la presión ejercida por el ciclista en los pedales y manda información a la batería para que esta, a su vez, le de la energía necesaria al motor para igualar la fuerza con que se pedalea.
Es decir, si aplico 50 W, el motor me ayuda con otros 50 W, por lo que me desplazo igual de rápido que si pedaleara con 100 W de fuerza.
Takeo a la derecha del jefe local de FlyerIgualmente, la feria está dirigida al mercado local, y no todos los distribuidores de bicicletas eléctricas tienen todos los modelos presentados en ferias más grandes como Eurobike. No obstante, debemos decir que ferias como estas aparecen por toda la geografía alemana y no queda región que no tenga una de estas ferias como gran atracción para profesionales y usuarios finales.
Extraenergy no estaba esta vez presente y se notó en la parte dedicada al circuito de pruebas, demasiado pequeño, con solo algunos conos para delimitar los carriles y con un suelo deslizante peligroso para todos.

La parte cómica de la visita fue cuando vi a un visitante en una bicicleta eléctrica de madera tipo “chopper” o playera.
En la caseta del expositor me dejaron probarla y al subir el sillín para ajustarlo a mi tamaño, después de un par de idas y venidas, el soporte del sillín se rompió, debido quizás a llevarlo demasiado alto, haciendo que mi caída fuera segura aunque no dolorosa.
La idea es buena, al parecer hay mercado. Un poco pesada pero con estilo.
Por si lo desean les dejo su dirección de contacto.
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Atiende Sr. Braat.
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No mucho más que decir de esta feria.