Carburantes de Biomasa

Carburantes de Biomasa
Resolución aceptada por la Asamblea General de la Alianza del Clima el 3 de Abril de 2008 en la ciudad de Aachen, Alemania.

Texto de la Resolución
Los miembros de la Alianza del Clima llamaron a los representantes del Parlamento Europeo, la Comisión Europea y a gobiernos nacionales para incluir criterios económicos, políticos, ecológicos y sociales en sus líneas de actuación y principios concernientes a evitar las graves consecuencias producidas en Europa y en países en desarrollo, producidas por el uso de carburantes de Biomasa.

Se acordó que los siguientes aspectos deberían de tenerse en cuenta:

Se debe de dar prioridad a medidas para reducir el uso de energías y su uso eficiente en el transporte, de forma que se pueda frenar la emisión de CO2.
La importación y uso de carburantes de Biomasa, en partícula procedentes de países en vías de desarrollo, debe de ser evitado a menos hasta que no se haya establecido un sello internacionalmente aceptado  que incluya criterios socio-políticos y ecológicos en su estudio.
Se dará preferencia al uso de carburantes de Biomasa procedentes de desperdicios biológicos y reciclables.

Argumentos
La Biomasa es, junto con la energía solar, eólica y geotermal, una alternativa prometedora al uso de fuentes energéticas procedentes de fósiles. (lea sé derivados del petróleo). Hasta hace poco, el cultivo de plantaciones para producir carburantes de Biomasa, no ha sido totalmente tomado en seria consideración. En 2004, la Conferencia Internacional para Energías renovables en Bonn, la cual representa a socios indígenas de la Alianza del Clima Europea, criticó esta falta de atención. En un comunicado conjunto, dejaron ver que el uso de biomasa como energía renovable ponía en peligro ecosistemas frágiles a la vez que recortaba el espacio vital necesario a poblaciones indígenas que vivían de forma ecológica.

Debido a que los problemas ecológicos están concentrados normalmente en áreas pequeñas, las ciudades han liderado el camino en lo que concierne a la política del clima y la ecología. La existente posición de este escrito subraya los efectos sociales producidos por la producción de carburantes y pretende ayudar a las personas responsables de tomar decisiones dentro de las ciudades miembros de la Alianza del Clima a la hora de considerar el uso de estos carburantes.

Marco de la política Climática
La reducción de fuentes de energía fósil así como la discusión sobre el cambio climático, han dirigido el camino hacia la demanda fuentes de energías renovables, preferentemente CO2 neutrales . En este contexto, el uso de biomasa ha ganado en importancia, especialmente la producción de carburantes procedentes de plantaciones a tal efecto. Ya que las plantaciones crecen en un periodo de tiempo muy corto y que absorben la misma cantidad de CO2 que luego emiten al ser quemadas en la combustión de los motores, se considera a esta forma de energía CO2 neutral, y por esta misma razón es una fuente de energía renovable ideal. En los últimos años, los carburantes conocidos como de primera generación, „bio-etanol“ (producido de cereales, maíz y caña de azúcar)  y „biodiesel“ (producido principalmente por aceite de palma y soja), han experimentado una escalada en su uso considerable. Esta escalada fue ayudada por los gobiernos con programas de excepción de impuestos y ayudas estatales. Adicionalmente, en acuerdo con puntos de vista nacionales e internacionales en materia de reducción de emisiones de CO2, el uso de esta energía renovable va a jugar un papel muy importante. En la EU, se pretende que se llegue a un porcentaje de uso del 5,75%  de este carburante del total consumido en el año 2010. Un 10% para el año 2020.
Marco Socio-Político y Medioambiental
Las ventajas del uso de Biomasa son muy claras a primera vista:
rebajar las emisiones de CO2 sustituyendo a los carburantes fósiles
mayor disponibilidad
mejor balanza coste-beneficio comparado con otras formas de energía alternativa

Sin embargo, se ha hecho patente que la promoción del uso de Biomasa para la producción de carburantes, esta teniendo un impacto nocivo ecológicamente hablando y puede causar un crecimiento de problemas sociales en países en desarrollo.
Los cultivos ocupan grandes áreas. Estos grandes latifundios normalmente desplazan a los pequeños agricultores y también presionan el espacio de vida correspondiente a algunas poblaciones indígenas. (a veces en los bosques tropicales)
La mecanización de las tareas, el uso de pesticidas y fertilizantes y la irrigación masiva del cultivo,  tiene como resultado la polución del medioambiente y pone en peligro a la población local.
El cultivo de plantaciones para producir Biomasa está directamente en competencia con el cultivo de plantaciones para producir alimentos. En países en desarrollo esto significa un impacto en el precio de la comida y una falta de seguridad en su disponibilidad.
Estas grandes plantaciones son a veces fuentes de serias violaciones a los derechos humanos. Los grandes beneficios prometidos acarrean muchos problemas sociales, como por ejemplo la formación de grupos paramilitares en ciertos países de Asia y Sudamérica así como la aparición de desastrosas condiciones de trabajo para los jornaleros.
Las ayudas gubernamentales envían falsos mensajes no solo en relación con el incremento de la movilidad, sino de su desarrollo tecnológico. El dinero invertido en desarrollar la tecnología necesaria para producir etanol o biodiesel está “atado” durante muchos años, mermando la capacidad de estudio de otras energías alternativas o incluso el desarrollo de políticas necesarias.
Nota: Los carburantes de Biomasa se suelen distinguir entre los de primera y los de segunda generación. Los primeros usan solo la planta para producir energía en forma de aceites, almidones o azucar. Las futuras tecnologías que produciran biocarburantes de segunda generación, prometen mayor eficiencia energética usando los restos de las plantas (celulosa), por ejemplo la paja.

Evaluación ecológica
Desde el punto de vista ecológico, los carburantes de Biomasa tienen menos ventajas de las que cabría desear en relación a su contribución para reducir las emisiones de CO2. A esta conclusión llegó un análisis Suizo(“Evaluación Ecológica del Biocarburante”, EMPA, 22 de Mayo del 2007). El estudio muestra que, en un lado, las emisiones de CO2 de Biocarburantes puede ser reducida en un 80% en comparación con gasolina o diesel, dependiendo del tipo de cultivo. En otro lado, el resultante impacto medioambiental es muy grande. En zonas de temperatura moderada de EEUU, Europa y Asia, la poca producción por hectárea, el uso intenso de pesticidas y el consumo escalado de energía para la maquinaría utilizada, juega un papel negativo en toda la evaluación. En zonas tropicales, la corta y el fuego de bosque tropical produce grandes emisiones de CO2 además de eliminar la biodiversidad del lugar. También el uso de pesticidas en estas zonas amplía el impacto negativo de la evaluación. Desde un punto de vista general ecológicamente hablando, el uso de Biocarburantes producido por plantaciones a tal efecto, trae peores efectos que el uso de gasolina o diesel. A la vez, el uso de biocarburantes producidos de los restos de plantas, aceite de cocina, excedentes biológicos, etc... traen beneficios positivos. No existen impactos medioambientales en el cultivo de estos productos. El uso de madera (la llamada gasificación), promete ser muy efectiva, y la tecnología que permitirá el uso de biocarburantes de segunda generación, no está totalmente desarrollada.

El “boom” del uso de Biomasa trae también como consecuencia una escalada en la implemetación de cultivos genéticamente modificados. La caida de barreras legales enlazadas a estos cultivos, es problemática y hace daño a los pequeños agricultores, que son responsables de la seguridad alimentaria de los países en vías de desarrollo.

El Consejo Consultivo Alemán sobre el Medio Ambiente (SRU), el de la
Junta Consultiva de expertos científicos del Gobierno Federal alemán, estableció en su actual
informe (SRU informe especial la mitigación del cambio climático por la biomasa, de julio de 2007) que el grado de la eficiencia energética en la conversión a combustible (aprox. 30%) es demasiado baja y no es compatible con este método de utilización de la biomasa. La biomasa debe ser mejor utilizada pa la producción de energía y la generación de calor (90% grado de eficiencia energética).

Evaluación de la compatibilidad social
Hay una falta de investigación para hacer una evaluación completa de la compatibilidad social
de los combustibles a partir de la biomasa, especialmente en países en desarrollo y emergentes.
Sin embargo, el impacto negativo de la promoción de los combustibles a partir de la biomasa ya se puede observar. El aumento de la demanda de materias primas vegetales para la producción de combustible ha cuadruplicado los precios de los alimentos básicos de maíz en México dentro de un corto período de tiempo.
El mismo efecto se puede ver con la soja y el aceite de palma, que se utilizan cada vez más
como base para combustibles renovables. Otro aspecto crítico de la promoción de estos cultivos de
en los países en desarrollo es la relación de "gran superficie" de cultivo, así como la represión y la expulsión de los pequeños agricultores y las comunidades indígenas locales y la explotación de trabajadores jornaleros de las plantaciones. Junto con las inferiores condiciones laborales y sociales de los trabajadores de las plantaciones, estos están expuestos a riesgos para la salud, e. g. a través de la utilización de productos agroquímicos o por medio de los contaminantes liberados frecuentemente cuando se queman los campos (por ejemplo, la cosecha de caña de azúcar).

El cultivo energético en los países en desarrollo supone un flujo de dinero hacia estos países con los correspondientes impactos en la economía. Sin embargo, el beneficio para la población local es muy bajo sobre todo con la promoción de cultivos como el aceite de palma que en realidad ayuda al aumento del empobrecimiento de la población local.
Recursos que actualmente se utilizan para los cultivos energéticos en países en desarrollo y
los países emergentes podría ser utilizado de manera más eficaz. Con el uso de energía producida localmente se podrían reemplazar costosas importaciones de gas natural y crudo de petróleo y puede construir cadenas de valor añadido locales.

Conclusión
• El potencial de reducción de CO2 y el efecto ecológico de los combustibles de biomasa
dependen en gran medida de los materiales de base y las condiciones de producción. Las mayores
ventajas provienen de los combustibles que se hacen de los residuos y el material residual (por ejemplo, metano / biogás).
• Los cultivos energéticos en los países en desarrollo, donde estos cultivo compiten con la producción de alimentos, conduce a la explotación ecológica de valiosas tierras y el desplazamiento y la explotación de las poblaciones locales. Combustibles producidos de alimentos básicos como el maíz o la soja deben ser estrictamente rechazados.
• Combustibles de cultivos agrícolas, no sólo tienen que cumplir las exigencias ecológicas
sino también criterios sociales. El impacto socio-político en los países en desarrollo tiene que
ser analizado con el objetivo de crear un sello internacionalmente aceptado de calidad,
que incluya criterios ecológicos y sociales por igual.
• La utilización de combustibles de biomasa no es la solución que allana el camino para el desarrollo sostenible al tráfico de vehículos. La prioridad más importante debe ser la posibilidad de reducir el volumen de tráfico y su organización, a la vez de promover el uso de vehículos eficientes.
• Es demasiado pronto para una evaluación de la segunda generación de combustibles, que se basan en la utilización de la celulosa. Que prometen una mayor eficiencia energética y menos competición con la producción de alimentos. Estas tecnologías están sólo en la etapa de laboratorio.

Versión original en inglés
URL de la págna: http://www.klimabuendnis.org/home.html?&L=0