Quantya, 12.000 watios de diversión total

Lo que más me sorprende es la facilidad con la que calculo que desarrollo elegir: solo abro gas eléctrico y dejo que el empuje de la Quantya me lleve en volandas.

La Sierra de Ronda fue el lugar elegido para probar este modelo, que ya corrió en la carrera del 30º Aniversario Vall del Tenes en LLiça de Amunt en Barcelona, de 24 horas en la categoría de 125 cc, quedando en un muy merecido 3er puesto.

El día, lluvioso, se presenta interesante, pues con los caminos llenos de barro, podré notar con más intensidad la verdadera fuerza que la moto puede dar.

Hablé con Jose María Moreno de Quantya España durante el viaje a la sierra:

• ¿Que autonomía tiene?
• Esa pregunta no tiene una respuesta exacta al igual que no la tendría si hablaramos de una moto con motor de explosión.
• Ya, pero de lo que me quiero asegurar es de que no me quedaré en medio de la sierra dentro de unos cuantos kilómetros.
• No, la batería esta llena y la inclinación de esta sierra no es de un tanto por ciento que le pida a la batería un gran gasto de energía.
• Cuanta más inclinación más gasto.
• Si, eso y la distancia recorrida en esos tramos inclinados claro. Por supuesto el estado del terreno es importante.
• ¿Como „repostasteis“ en la carrera de las 24h?
• Mira aquí, en la caja de la batería, hemos puesto una especie de raíl para deslizar la batería. Llevábamos varias baterías para poder cambiarlas cada 30 minutos o así.
• Hemos llegado al punto elegido después de pasar por un punto donde un camión se ha quedado encallado.

Me pongo chaqueta, pantalón, botas y casco. Advertencia de Jose: No dar la vuelta a la llave antes de montarse. Girar la llave a la posición de apagado antes de desmontar. Seguridad por si, al no haber ruido del motor, olvidamos que esta encendida y nosotros a algún acompañante gira accidentalmente el puño eléctrico.

Tengo impaciencia, salgo suave y me pierdo en la niebla que cubre la primera curva del camino.



El tercer recodo es cerrado y empinado. Cierro gas, casi paro en mitad de la curva, abro gas y recibo empuje inmediato. Que fácil, ni he tenido que pensar en que marcha andaba, ni embragar ni conservar revoluciones. La fuerza ha venido al instante. Es una sensación difícil de explicar.

Sigo subiendo por el camino rodeando las colinas de la sierra, las curvas se suceden de izquierda a derecha, la niebla se espesa, comienza a llover con más intensidad. Le voy tomando el punto al puño, ya no tengo miedo de abrir demasiado pronto, pues el empuje es feroz.

Hay una pequeña recta. Me decido. La aceleración asombra, pero la tracción más.
He venido a disfrutar, claro que un piloto experimentado le sacaría mucho más jugo a esta máquina de 16 caballos, aunque los barrancos dan un respeto considerable. Sigo conduciendo, que no pilotando. Me paro a tomar fotos de la sierra. Después de 20 minutos decido tomar mi camino de vuelta.

Como casi todo es cuesta abajo, es el momento de probar los frenos y la suspensión.
Con un peso de solo 93 kg la Quantya se muestra ligera, pero equilibrada. Repito, no voy buscando límites. Los frenos de disco delanteros y traseros se muestran como deben.



Modificaciones
Motor térmico:
Los parámetros bajos, medios y altos, han de modificarse:

• mediante electrónica con un “cdi” programable,
• alteraciones en la carburación
• u operaciones más complicadas que, en 4 tiempos, se configuran distintos árboles de levas u otros y, en dos tiempos, con alteración de láminas y el sistema de escape completo.

Cambios que pueden durar toda una mañana y que requieren altos conocimientos de mecánica. Por lo general la puesta a punto se realiza por el proceso “prueba error”.

Motor eléctrico:

• el software con 5 parámetros de curvas de motor es inmediato
• el % de entrega potencia es modulable. Se vende la Quantya al 60_%
• la velocidad punta también es configurable.
  

Tiempo de configuración: 30 segundos
En los dos tipos, la corona trasera y el piñón de arrastre se pueden configurar según las cualidades del piloto y el terreno.

Conclusiones:
Pues dos importantes a mi parecer:

• que al no tener marchas y no tener que preocuparse por las revoluciones ni embrague, es más fácil iniciarse en el mundo enduro tan exigente y técnico.
  
• que la configuración del motor es mucho más rápida, barata y con unas posibilidades más amplias que en las motos con motor térmico.

El aroma a romero me ha acompañado todo el camino, la lluvia también. Estoy empapado, menos mal que llego donde me espera Jose María.

Ha sido una de las experiencias más interesantes y divertidas de mi vida. Sin ruido me parece que he sido parte de la naturaleza. Incluso podría haber subido paredes escarpadas al igual que las cabras que fotografié.

Artículo con especificaciones técnicas.