Un año con la Elegance de Ecobike

Fiable, todo terreno, elegante. Tres adjetivos que describen de forma clara las ventajas de este bicicleta eléctrica de pedaleo asistido de marca española.
Esta es la historia de un año, un vehículo y un usuario.

Esta bicicleta es una de las mejores herramientas que he tenido en mi vida.

El año se ha saldado con estos números:
    cerca de 4.000 kilómetros
    dos pinchazos,
    una cadena nueva
    algunos ajustes del cambio
    zapatas de freno nuevas cada 4 meses (por seguridad)
    una vez un chequeo general

Precio por todas las reparaciones: 143 €.

El sistema eléctrico no me dió ni un solo problema, incluso en días fríos  (algunos bajo 0° C) o lluviosos, donde se puede tener miedo a que la batería pudiera dejar de funcionar debido a una entrada de agua o la baja temperatura. La Elegance de Ecobike no me dejó tener una mala experiencia en ese sentido.
Si tuviera que cambiar algo, lo haría utilizando un panel de control donde pudiera elegir el nivel de asistencia con botones, en vez de con el puño de gas que portan. Pero esto es una decisión personal.

Las ruedas son anchas y habilitadas para diferentes terrenos. Han funcionado estupendamente en terreno suelto con grava, arena nieve y agua. En Colonia, donde hay muchas vías de tranvia, nunca tuve el problema de que una rueda se quedara metida entre los railes.

La suspensión, también da comodidad, seguridad y agilidad al modelo. Subir y bajar bordillos es fácil y a veces necesario, y esta suspensión delantera ha cumplido con su trabajo de forma excepcional.

El cambio Alivio lo he tenido que regular algunas veces. Por lo demás, los piñones siguen estando en buen estado y el mecanismo funciona correctamente sin rozamientos.

No he tenido que cambiar ninguna vez las manetas de freno y las zapatas las he cambiado solo unas 3 veces.

Como consejo, habría que darse cuenta que una bicicleta eléctrica, al entrar el motor en ayuda, produce una carga muy fuerte una y otra vez en el mecanismo cadena-plato-piñones-cambio. Para no tener problemas, mejor revisar la bicicleta cada dos-tres meses y así tenerla siempre a punto.

Recuerdo que durante una semana tuve que asistir cada día a un congreso en Bonn, era primavera, y los 30 kilómetros al lado del río Rin, por donde existe un camino para bicicletas, se hacían un paseo. Disfrutar cada mañana con los cantos de los pájaros y el frescor del aire, era mucho más placentero y saludable que montarme en coche y buscar aparcamiento en la ciudad. La autonomía más que suficiente incluso eligiendo la mayor potencia de apoyo.

Ir a comprar también ha sido un placer. Incluso me alegraba de haber olvidado algo, pues así tenía que ir de nuevo en ella.

En definitiva, una estupenda pedelec para el día a día con una marca detrás que le atenderá con profesionalidad.